Mayra Navarro cumplirá 50 años en la narración oral y para festejarlo se celebrará la BIENAL DEL CUENTO en la Provincia de Camagüey- Cuba., del 11 al 20 de marzo de 2012. Será una gran fiesta de la palabra. Pincha aquí para ver los detalles.
Queremos felicitar a Mayra Navarro por su profesionalidad, su empeño en mantener vivo este arte oral, por tantos y tantos años dedicados a la palabra, a la investigación y a la enseñanza. Muchas Felicidades, Mayra.
Aquí os dejamos un pequeño fragmento de una extensa entrevista realizada a Mayra Navarro para Verba Volant (nº4, julio-agosto 2007).
Mayra, arribar a una etapa marcada por 5 décadas de trabajo artístico, hace que uno llegue a conclusiones trascendentales, que por lo general se anclan en una síntesis de lo realizado. Para ti cuales son esas importantes conclusiones.
Tres ideas para los jóvenes narradores.
Nunca me he planteado llegar a conclusiones trascendentales. Comencé a contar cuentos como si estuviera jugando, casi por casualidad, pero a mis quince años, contar cuentos fue un deslumbramiento y me condujo por lo que sería el camino de toda mi vida. Fue una pasión a la que me entregué absolutamente y sin reparos, pues de inmediato renuncié a mis estudios de música (con gran disgusto de mi madre que, con grandes esfuerzos, me había comprado un maravilloso piano Pleyel) para que nada se interpusiera entre los cuentos y yo. Incluso, en la etapa en que estuve atendiendo el teatro para niños en la entonces Dirección de Teatro del Ministerio de Cultura, nunca dejé de contar, si bien no en espacios sistemáticos, lo hacía en cuantos sitios tenía cabida el cuento contado, y también fui profesora en la Escuela de Superación de Actores del Parque Lenin, enseñándolos a contar, entregándoles otra herramienta profesional infalible para quienes trabajen con niños en cualquier circunstancia, ya sea artística, docente, o como promotores socioculturales. En esa etapa (1984) tuve mi primera experiencia internacional en este campo, cuando fui a México invitada por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), para impartir talleres con maestros, bibliotecarios y actores, y contar en hospitales y bibliotecas. Si algunas conclusiones “trascendentales” -a mi juicio- puedo apuntar ahora, y aunque parezcan verdades de Perogrullo, serían, primero que todo, afirmar que contar cuentos es una profesión en toda la extensión de la palabra; que es necesario concientizar lo que hacemos, cómo, por qué y para qué; que no es algo que cualquiera puede hacer fácilmente y de cualquier manera, como algunos piensan a veces; que se requiere dedicación, entrega, autodisciplina, búsquedas constantes, no estar nunca satisfechos con la primera opción y hasta pensar que nunca estamos ante la última.
Tres ideas para los jóvenes narradores.
Hay una frase de Ruth Sawyer que siempre tengo presente: “Para contar bien, hay que estar gloriosamente vivos, porque no se puede encender fuego con leña mojada.” Aquí van tres ideas para avanzar hacia esa plenitud, hacia ese “estado de gracia”: estudiar mucho, trabajar mucho y pensar que siempre puede hacerse mejor, porque el camino para alcanzar la cima es infinito.